Un videojuego es como una puta

En palabras de Sigeshato Ito, creador de la saga Mother, de gran popularidad entre los que la jugaron (y a parte como no llegó a Europa, aquí no la conoce nadie...). Todo esto está sacado de una entrevista reciente.

Apresurándose a distinguir, una puta es como una amante, pero que no requiere emoción por parte de su compañía momentánea. Noventa y nueve veces de cada cien, una puta conoce exactamente lo que busca su cliente, y se rebaja a la voluntad de su cliente. Mientras el cliente hace lo que busca, la puta no se queja. Antes se paga una cuota, normalmente dinero, antes de cumplir los servicios. La puta no tiene derecho a quejarse. Si el cliente decide matarla y dejarla destripada por ahí, no se puede decir exactamente que haya tenido un pase gratis. Estrangular la puta requiere un grado de involucración emocional que no era parte del trato inicial. No sólo eso, el cliente por lo menos tuvo que mostrar a la puta la suma de dinero para que se quitara la ropa.

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